sábado, 30 de agosto de 2014

LA LEYENDA DE LA VIRGEN DE REGLA Y SU EVOLUCIÓN EN LA HISTORIA

En el contexto socio-cultural y de inquietud mariana propio de la Edad Media, un canónigo regular de San Agustín de León en 1330, guiado por una visión se desplazó a la región andaluza y en las cercanías de Chipiona descubrió la Virgen negra que vino del mar desde África en el lugar llamado del Humilladero, a la que bautizó con el nombre de “Nuestra Señora de Regla”, donde se encuentra el actual Santuario mariano de Chipiona. La original talla, en efecto, proviene de los canónigos de la iglesia de Santa María de Regla, de León, fechada hacia 1330. Los canónigos regulares de San Agustín estuvieron al frente de la ermita del castillo de los Guzmanes, situada en el término de la villa de Rota, durante unos setenta años, convertido en monasterio o convento a raíz de la batalla del Salado (1340), al desplazarse hacia el interior la frontera de la reconquista, y perder la fortaleza su valor estratégico. El cuarto señor de Marchena, Pedro Ponce de León, puso la ermita y convento en manos de los Ermitaños de San Agustín, según consta en el documento datado en Sevilla, el 22 de abril de 1399.
La imagen de la Virgen de Regla, fechada hacia 1330, era una escultura sedente, más bien pequeña,

62 cms. de alto sin contar la peana que la sustenta, de estilo de transición del románico al gótico, esculpida entre los siglos XII y XIII, en madera policromada y de una sola pieza, desnuda en su origen, y de color moreno. Esta imagen, con muchos milagros en su haber, atrajo a numerosos devotos gaditanos para contemplar los misterios de la fe desde la oración sencilla – Avemaría, Santa María – y el canto de la Salve dirigido a la Virgen de Regla. El papa Eugenio IV concedió indulgencias a los fieles que visiten devotamente el convento e iglesia de Regla. En las proximidades se formó un núcleo de población, originariamente denominado “Regla de Santa María” al ser fundado en 1482 por Rodrigo Ponce de León. Desde los años 1570 se muestra vestida con túnica, correa agustiniana, manto, velo, diadema real y rostrillo. Se añadió un Niño sobre el pecho de su Madre, situado de pie, y apoyado sobre la pierna izquierda de la Virgen.
El 7 de septiembre de 1582 se trasladó la imagen de Nuestra Señora de Regla a su propio santuario,
levantado por la intervención de los señores infantes duques de Montpensier. La primera procesión de la Virgen de Regla data de 1588, organizada por la duquesa de Medina Sidonia, doña Ana Gómez Silva y Mendoza, para rogar por el éxito de la Armada Invencible12. La imagen era visitada por los hombres que se hacían a la mar para rogar por el éxito de la navegación. En las décadas siguientes aumentó la concurrencia de fieles devotos a la Virgen de Regla e incluso se incrementaron los actos devocionales, con la participación de la nobleza y grandes de España.
Antes de la llegada de los Borbones a España se incrementó la acción de los piratas, que saqueaban sistemáticamente las costas, al tiempo que la nobleza perdía parte de su influencia, y por consiguiente decaía la ayuda que los duques de Arcos y Medina Sidonia habían venido otorgando a Nuestra Señora de Regla. Sin embargo, el culto prosperó a lo largo de gran parte de siglo XVIII con los ampulosos rituales barrocos, los novenarios y las procesiones conventuales.
El convento e iglesia de Chipiona padeció los efectos devastadores de la desamortización de Mendizábal. En 1851, gracias a la implicación de los duques de Monptensier, sabedores del ruinoso estado del convento e iglesia de Nuestra Señora de Regla, fue posible su restauración. Situados al frente de una suscripción popular vencieron la resistencia administrativa, comprometiéndose a sufragar el retablo mayor de la iglesia, el traslado de la imagen desde la parroquia de Chipiona y a costear la solemne función religiosa. Ésta estuvo presidida por el arzobispo de Sevilla y los obispos de Córdoba y Guadix el 8 de septiembre de 1852. Con el paso de los años el Santuario de Chipiona volvió a un centro vivo de devoción a la Virgen de Regla para sanluqueños y chipioneros, principalmente a raíz de la fundación en 1867 de la Hermandad de Nuestra Señora de Regla. El 8 de septiembre de 1882 el convento de Nuestra Señora de Regla pasó a manos de los franciscanos, procedentes del colegio de Santiago de Compostela (La Coruña), quienes se hicieron cargo del Santuario de Regla. Demolido el antiguo santuario en 1904 se inicio la construcción del nuevo, de estilo neogótico, consagrado en enero de 1906 por el cardenal Marcelo Espínola (1835-1906). El 5 de septiembre de 1954 la Virgen de Regla de Chipiona, entre himnos, vivas y aplausos, fue coronada por el cardenal Ángel Segura (1880-1957). Actuaron de padrinos los infantes de Orleáns, don Alfonso de Orleans y Borbón (1886-1975) y doña Beatriz de Sajonia (1888-1964), e hizo de pregonero mayor el gaditano universal José María Pemán (1897-1981).
Los peregrinos acuden a Nuestra Señora de Regla durante todo el año, y de modo particular el santuario se llena de fieles durante la novena de la Virgen, del 30 de agosto al 7 de septiembre. Al día siguiente, festividad de la Virgen de Regla, por el santuario desfilan desde primera hora de la mañana miles de devotos. Durante la procesión, que suele prolongarse durante unas cuatro horas, los devotos aclaman continuamente a la Patrona chipionera.
El 9 de septiembre tiene lugar el  multitudinario “besamanos” para aquellas personas que desean acercarse a la imagen y poder besar su mano, darle gracias por los bienes recibidos y encomendar a toda su familia hasta el próximo año. Las colas se prolongan hasta bien entrada la medianoche, siendo uno de los más reconocidos a nivel estatal. De madrugada, esa misma noche, la Virgen de Regla regresa a su camarín, donde permanecerá hasta el año siguiente.
·Información: Rafael Lazcano. 

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