A paso acelerado, como viene siendo habitual -como si de un maratón se tratara- las andas que portaban a la venerada imagen llegaron a la Pañoleta donde como cada 16 de julio, un altar con una pequeña Virgen del Carmen se expone entre sus balcones decorando el recorrido.
Ya cayeron los primeros pétalos entre los balcones, con algunas colgaduras rojas, mientras el Paseo marítimo ya vislumbraba a la Estrella de los Mares.
Con la Salve Marinera, entonada entre todos los presentes descendía hasta el Muellecito la Virgen del Carmen, posteriormente se cantó el "Salve Madre", seguido del Himno de Andalucía por Rocío Jurado. Pero al llegar hasta la orilla, la bajamar impidió que se realizase con normalidad el embarque de la imagen.
Fue entonces cuando se acordó seguir por toda la costa hasta la espalda del Muelle Pesquero, con un itinerario protagonizado por los corrales, al fondo, el Faro, detrás con el Castillito y al fondo Doñana, en una imagen incomparable.
Muchos fueron los que inmortalizaron estas curiosas estampas, con la luz del mediodía y un sol radiante, la Patrona de los marineros llegaba, cerca de la 1 de la tarde a una pequeña embarcación que la llevaría hasta un barco de mayores dimensiones para poder realizar su Procesión marítima.
Una advocación que traspasa fronteras y en nuestra localidad tiene un enfoque tradicional, ya que desde siempre nuestro pueblo ha asociado al mar a sus imágenes más señeras: La Virgen de Regla, El Señor de las Misericordias y la Virgen del Carmen.
Las aguas del Atlántico reciben a la Señora con el fondo imcomparable del Coto de Doñana.
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